martes, 9 de julio de 2013

El Decreto



El Presidente ordenó quemar todas las bibliotecas que había en la ciudad. El objetivo era acabar con esos estupefacientes de celulosa que estaban trocando la voluntad del pueblo: los libros. Sólo debía quedar uno, la 'Carta de los Derechos y Deberes del Ciudadano', que sería custodiado en el Palacio del Gobierno y que regularía las relaciones entre los miembros de la comunidad. La interpretación de los párrafos incluidos en la Carta correspondería a un grupo de sabios elegidos directamente por él.

No tuvo tiempo de huir, las llamas lo rodeaban segundos después de firmar el Decreto.

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